18 de diciembre de 2011
TIEMPO DE ADVIENTO: CUARTA SEMANA
Dios aparece como niño, mostrándonos que la verdadera dimensión del ser humano es hacerse niño. Para un niño todo es posible, es una inmensa e interminable disponibilidad. Dios vibra siempre en lo tierno.
Es increíble que la pequeñez y la vulnerabilidad sean las tarjetas de visita de Dios. La Navidad es el memorial de esta verdad, que una y otra vez se nos olvida. No nos tiende la mano desde arriba, sino que se muestra necesitado desde abajo. Nos ayuda desde la debilidad. Está él también envuelto en flaqueza; como si no hubiera otro modo de poder ser compasivos.
En esta cuarta semana de adviento, todavía estamos a tiempo de desbloquear en nosotros las fuentes de la inocencia y de la bondad.
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1 comentario:
Felicidades, Rafa. Espero que te haya acompañado mucha de la gente que te quiere. Los que estamos lejos, te hemos tenido presente en nuestra oración.
Gracias por tu entrega
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