18 de marzo de 2012

IV DOMINGO DE CUARESMA

“Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.” Jn 3, 14-21


TE ADMIRAMOS, SEÑOR

Por lo mucho que nos amas.

Por estar junto a nosotros,

cuando te abandonamos.

TE ADMIRAMOS, SEÑOR

Tú eres la verdad, frente a la mentira

Tú eres la luz, ante la oscuridad

Tú eres el amor, frente al odio.

TE ADMIRAMOS, SEÑOR

Tu generosidad no tiene límites

Tu cruz abraza a todos los hombres

Tú fuiste enviado para nuestra salvación

TE ADMIRAMOS, SEÑOR

No permites que nadie nos perdamos

No quieres que nos condenemos

No deseas que nos caigamos

TE ADMIRAMOS, SEÑOR

Tu cruz, Señor, es nuestra salvación

Tu cruz, Señor, es tu mucho amor

Tu cruz, Señor, es redención.

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