12 de abril de 2012

PASCUA EN PUEBLO DE DIOS

Otro año más, un grupo de monitores del Movimiento Calasancio y algunos componentes de la comunidad educativa del colegio de Martos hemos tenido la suerte de poder vivir la Pascua en Pueblo de Dios. Comenzamos celebrando el Domingo de Ramos 18 personas. Una religiosa (Rocío Vázquez), un matrimonio que colabora en el Voluntariado Misionero Calasancio (Pepe Cuesta y Conchi Bonilla) y 15 jóvenes (Teresa, Elena Rivera, Ana, Maripaz, Andrea López, Elena García, María, Andrea Torres, Javi, Rafa, Pepe, Antonio, José, Cele y Carlos).

Cada año, en Pueblo de Dios se propone un lema para profundizar y tratar durante la semana. El lema de este año ha sido “SER”. Con él, se quería incidir en lo que somos, en lo que podemos descubrir dentro de nosotros, en vivir el sentido auténtico de la Pascua y en profundizar en la verdadera esencia de las cosas. ¡Y vaya si lo hemos hecho!

Con este lema, nuestro numeroso grupo participó de la PREPASCUA, que son los días previos a la Pascua. O lo que es lo mismo: lunes, martes y miércoles. Junto a nosotros se encontraba la comunidad y algunas personas que también venían a compartir su vida. Estos días están destinados a prepararnos por fuera y por dentro para el paso de Dios en nuestras vidas. Por la mañana teníamos una pequeña oración con la comunidad antes de desayunar, y después una breve reflexión para “rumiar” durante la mañana. Tras este momento, se proponían el servicio en labores y trabajos que hacía falta llevar a cabo para la preparación del lugar para la Pascua. Es necesario aclarar que Pueblo de Dios es de todos, y todos formamos parte de él. Es nuestro también, ya que también construimos y vivimos de este sueño. Por ello, nuestro grupo decidió vivir al mismo ritmo y la misma manera de todas las demás personas de la comunidad. Dichas labores consistían en adecentar los lugares para vivir, limpieza, arreglar los caminos y el terreno, preparar pan para comer durante la semana, distribuir materiales, preparar las zonas comunes para los encuentros… En definitiva, poner a punto todo para la llegada de la gran masa de gente a partir del jueves. Por la tarde, tomábamos un café juntos, y compartíamos nuestras ideas, opiniones, experiencias acerca del tema de reflexión propuesto por la mañana. Este rato era siempre muy enriquecedor para todos. A continuación, celebrábamos la Eucaristía diaria.

Como se puede apreciar, la PREPASCUA ha sido días de compartir entre nosotros y con la gente que se encontraba allí. Nos hemos enriquecido mucho de la convivencia, ya que aún no había mucha gente, por lo que las relaciones han sido muy cercanas, tanto en el trabajo como en la reflexión y en la oración.

En la PASCUA (a partir del jueves), comenzó a llegar mucha gente para vivir en comunión estos días tan especiales. Hasta 400 personas. Entre ellas, se unieron a nuestro grupo dos jóvenes más (Bea y Pedro) y otro componente de la comunidad educativa del colegio que participa también en el VMC (Nicolás). Ellos vivieron con nosotros todas las actividades durante el jueves, viernes y sábado. Actividades tales como grupos de formación, talleres, momentos de compartir, enriquecedoras charlas, vía crucis, hora santa y oficios.

Se puede decir que en la PREPASCUA nos centramos en estar al servicio, de una manera libre, de todos. Y en la PASCUA vivimos más desde la participación de las distintas celebraciones y el mayúsculo enriquecimiento personal, ya que experimentamos en primera persona la pluralidad y la variedad de la iglesia.

Todos coincidimos en que vivir la Pascua en Pueblo de Dios es una experiencia fuerte e importante, en la que compartimos juntos a cientos de personas distintas la fe, siendo partícipes de la unión de todos. Tratando de vivir en primera persona el Evangelio, y considerando al que está al lado como un hermano. Llenándonos del amor de Dios, y siendo todos juntos constructores de su reino.


Aquí en esta tierra hemos vivido de una forma especial, diferente y sincera nuestra fe, a la misma vez que hemos ahondado en nuestra identidad calasancia.

Para concluir, dar las gracias por la oportunidad que se nos ha vuelto a brindar, e invitar a todos a vivir esta experiencia que es única y que verdaderamente nos acerca a Dios y a SER su pueblo.

Pepe Cuesta (hijo)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ufffffffffff, todo un don poder compartir estos días en la comunidad de Pueblo de Dios. Además otros miembros del MC compartieron esta experiencia en el triduo; Ana, José Maria y nuestro miembro más pequeñita; Anita. Ha celebrado su primera Pascua. Feliz pascua

Ana dijo...

La verdad, que Pepe ha sabido reflejar bastante bien todas las experiencias y vivencias de esa semana.
Al leerlo me ha llevado a revivir algunos de esos momentos y sobre a todo a recordar algunas de las metas que allí comencé.
Poder vivir la Prepascua y sobre todo la Pascua, con personas que te hacen sentir integrado y querido dentro de una comunidad, es una gran oportunidad, que no dudaré en repetir si se me volviese a ofrecer.

Ana dijo...

Me gustaría añadir, además:
Esta ha sido mi primera Pascua, después de varios años de ofrecérmela,este año he aceptado y sinceramente pienso que ha sido el mayor acierto que he tenido o que Dios ha querido que sea así.
La verdad que al principio estaba un poco negada a ir, nunca había compartido esa experiencia y sentía que no iba a disfrutar lo suficiente; por lo que fui con un billete de vuelta para el jueves.

A medida que iban pasando los días, la comunidad nos iba integrando más en su dinámica de vida y era como si me sintiese como en casa.
Me sentía muy acogida y con ganas de compartir y escuchar las experiencias que los demás y yo misma habíamos vivido.
Me ha parecido muy enriquecedor que personas de todas las edades hayamos participado y compartido, eso es una de las cosas de la que más he aprendido, sorprendido y sobre todo emocionado.

Los días allí pasaban tan rápido y se vivían con tanta intensidad, que en el último instante decidí quedarme y no utilizar aquel billete que en principio había comprado para volverme y de nuevo volví a acertar y tomar la decisión adecuada; ya que si hubiese vuelto y me hubiese perdido todo lo que esperaba, seguro que me habría arrepentido.

Comenzamos la Pascua, montando las tiendas de campaña y acomodándonos para dejar espacio a la multitud de jóvenes y familias que comenzaban a llegar.
A partir de aquí, comenzamos otro modo de vida o por decirlo de algún modo, otra rutina.
Personalmente creo que he vivido la Pascua con intensidad, pensando en cada momento lo que hacía y dándole significado y la importancia que tenía.

Ha sido una experiencia única, que ha hecho aflorar mis sentimientos en muchos momentos, profundizar en mi fe y relación Dios y sobre todo darme fuerzas para comenzar a cambiar aquellos aspectos de mi SER que ni siquiera me los había planteado anteriormente.

Lo único que me queda por decir es GRACIAS!

Anónimo dijo...

Aunque para muchos el principio no estuvo a la altura del año pasado, pronto quedó claro que si bien ya no nos podían sorprender las mismas cosas, quedaba mucho por descubrir. La cuestión estaba en salir a buscarlo. Y, por lo menos para mí, este año ha estado más plagado de descubrimientos y autoconocimiento. El tema estuvo perfectamente enfocado a este tipo de reflexiones, a saber quienes somos y lo que ello conlleva.
Y si a todo esto añadimos la mejor de las compañias, el resultado es una Pascua de lujo, aunque viviésemos en las condiciones más precarias. Espero con ansiedad el momento en que podamos volver a ese fantástico lugar, y a reencontrarnos con muchos amigos que hemos dejado alli.

Noemí SP dijo...

Todos aquellos que hemos pasado por Pueblo, estamos de acuerdo en que Pueblo de Dios es nuestra tierra. Un lugar que queda en el corazón, al que sabes que volverás y serás recibido por esa familia, por esa comunidad que con tanto cariño te acoge. Yo os he echado de menos este año y me he acordado mucho en Gavilanes de todos vosotros.

Un besiño y FELIZ PASCUA,

Noemí

CL dijo...

Para mí ha sido la segunda vez que he tenido la oportunidad de vivir la Pascua en Pueblo de Dios. La Pascua del año pasado, al ser la primera vez que la pude vivir de esa manera tan especial, me sorprendió y me marcó mucho, cosa que al principio de esta Pascua me faltaba, debido a las expectativas tan altas que tenía. Como han comentado antes, era el momento de buscar y descubrir cosas nuevas, porque no nos iban a sorprender las mismas cosas. Personalmente el tema, ¨SER¨, me ha ayudado mucho a conocerme un poco más, a encontrar respuestas a algunas de las preguntas que llevaba tiempo cuestionándome y ha mejorado mi relación con Dios. Como bien ha descrito Pepe, hemos disfrutado de diversos momentos; momentos de trabajo, momentos de servicio, momentos de reflexión, momentos en los que la comunidad compartía, y todos estos momentos me han ayudado en estos días a crecer como persona y sobre todo me han ayudado a saber valorar las cosas, las personas, los momentos y las situaciones. En definitiva, me ha encantado volver a vivir la Pascua en Pueblo, y espero volver pronto para poder reencontrarme con los amigos conocidos allí y que han hecho que haya podido vivir una Pascua especial.