Queridos todos:
Desde estas bellas tierras chilenas, donde me encuentro, quiero saludar a todos los participantes en el Primer Encuentro Internacional Calasancio y en la JMJ Madrid 2011. Doy gracias a Dios por el feliz regreso de cada uno de vosotros a vuestros lugares de origen, a pesar de haber tenido que sufrir en algunos casos ciertos retrasos.
Quiero expresaros la alegría de haber podido compartir con cada uno de vosotros determinados momentos de este encuentro. He aprendido mucho de cada uno de vosotros. Agradezco el haber sido testigo directo de vuestra ilusión, vuestra vitalidad, vuestra fuerza calasancia. Hoy reitero algo que os decía en el momento de la Acción de gracias ante la tumba del Beato Faustino: cada uno de vosotros sois una bendición para la familia del Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora.
Deseo compartiros también algo que anida en mi corazón. Creo que todos los que hemos tenido la gran oportunidad de participar en estos encuentros, hemos asumido un compromiso: guardar en nuestro interior la experiencia vivida para que inunde siempre nuestras vidas y también las de los demás. Nos corresponde acoger la invitación que nos hacía el Papa Benedicto XVI, a compartir y anunciar lo que hemos vivido, lo que hemos visto y oído. Y a ello os animo, de nuevo, en este momento: a ser en cada uno de los lugares en que estamos, hombres y mujeres, jóvenes convencidos de que siguiendo el camino de Jesús, es como somos auténticamente felices.
Os animo a ser valientes, audaces y soñadores, como fue el Beato Faustino. Os animo a no tener miedo de anunciar a Jesús de Nazaret, de proclamar que Él es nuestro modelo porque, como Él, queremos ser personas de bien, de mirada esperanzada y atenta a las necesidades de los que están a nuestro alrededor. No olvidéis la llamada que os hizo el Papa a los jóvenes cuando os decía que el Señor “os ha otorgado vivir en este momento de la historia, para que gracias a vuestra fe siga resonando su Nombre en toda la tierra”. Yo creo que ahora tenemos mucha más fuerza para ello, porque hemos experimentado que somos muchos, los que como Familia Calasancia, sentimos como nuestra esta misión.
Quiero tener también, un recuerdo especial para la Comisión General organizadora de estos encuentros: María José Sotelo, Almudena Béjar, José Beltrán, Marisol Rodríguez, Juan Antonio Soria, Rocio Vázquez, Gusti de la Plata, Carmen Mendoza, Ana Cuesta, José María Lara. Ellos han dedicado muchas horas de sus vidas a preparar y disponer todo para que los demás pudiéramos vivir esta maravillosa experiencia. A cada uno de ellos les decimos, con las palabras del Papa Benedicto XVI a los Voluntarios, que no podemos olvidar el esfuerzo personal que les ha supuesto la preparación de estos días. Cuántos sacrificios, cuánto cariño. Todos, cada uno como sabía y podía, puntada a puntada, habéis ido tejiendo con vuestro trabajo y entrega este maravilloso encuentro. No olvidéis que habéis sido posibilitadores de vida, de fuerza, de esperanza en muchos jóvenes y participantes en nuestro Primer Encuentro Calasancio y en la JMJ . Gracias por vuestra dedicación. Os agradecemos sinceramente vuestro gesto entrañable de amor y de entrega. Contad con nuestro recuerdo especial por cada uno de vosotros ante el Señor.
Un gran abrazo para todos los que hemos potenciado nuestros lazos como Familia Calasancia de Hijas de la Divina Pastora, a la que hemos vivido en estos días como la familia de los amigos de Dios.
Con mucho cariño y reconocimiento a vuestras vidas,
M. Sacramento Calderón
Superiora General.