22 de septiembre de 2011

FAMILIAS EN EL EIC. 3ª PARTE

El "testimonio familiar" nos viene desde Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Pablo fue el más joven de nuestros peregrinos calasancios. Gracias a la familia Bravo Orellana por confiar en nosotros.

Desde el momento en que tuvimos noticia de que se iba a celebrar el Encuentro Internacional Calasancio, lo hemos vivido con muchísima ilusión porque sabíamos que se trataba de un hecho histórico y una oportunidad única para encontrarnos con toda la familia calasancia, de la que nos sentimos parte. Podríamos conocer un poco más al P. Faustino y la manera de vivir el carisma en aquellos lugares en los que las calasancias están presentes.

Pero a medida que se acercaba el momento nos comenzó a entrar el miedo, ya que Pablo, en agosto, tendría quince meses y nos inquietaba como pudiera responder ante el viaje, los horarios, al calor y las aglomeraciones. Además, a finales de mayo, nos enteramos de que Pablo pronto tendría un hermanito.

No fueron pocos los momentos de duda y oración para discernir si debíamos o no participar en el encuentro. Hoy, damos gracias a Dios por habernos ayudado a ser valientes y tomar la decisión de participar. Porque Pablo, a pesar de su corta edad, a nuestro entender, se comportó como “Todo un hombrecito”.

Para nosotros el encuentro ha sido una experiencia muy especial que nos ha llenado de Vida y de ilusión al confirmarnos lo que ya intuíamos, que somos parte de aquel sueño que el P. Faustino tuvo y puso en manos de las religiosas calasancias, educar evangelizando.

Queremos agradecer los ánimos y facilidades que se nos dio desde la organización para que en todo momento nos pudiéramos sentir como en casa.

Gracias a todos los participantes, a toda la familia calasancia, por su cariño y atención. Gracias por cantar una y otra vez la “Canción del elefante”

Rogamos al Señor, por todos los participantes y para que los frutos y propósitos de cada uno, sean abundantes. Y pedimos a María Divina Pastora que pronto podamos vivir el Segundo Encuentro Internacional Calasancio.

Familia Bravo Orellana.



2 comentarios:

Desde Buenos Aires dijo...

Me ha dado mucho gusto, como a tantos otros que han participado, el conocerlos y verlos presentes en todas las actividades. Pablo se llevaba todas nuestras miradas de ternura y qué bien le sentaba la "pañoleta". El ver un calasancio de ley tan pequeño, nos habla de la vida y esperanza que anida en nuestra familia calasancia.

Anónimo dijo...

Que valientes fuisteis al poneros en camino los "cuatro". Gracias porque con vuestra presencia enriquecéis a nuestra familia, y con vuestro testimonio contagiáis muchas ganas de seguir adelante.