20 de septiembre de 2011

NOEMÍ, PERMANECE EN MI AMOR

Jesús Reine En Nuestros Corazones y Nos Abrase En Su Santo Amor.

Hace unos días me preguntaban con qué momento de la JMJ me quedaba. No sabría escoger sólo uno por una sencilla razón: todos y cada uno de los momentos vividos han compuesto mi experiencia en el Encuentro Internacional Calasancio y la Jornada Mundial de la Juventud, desde el detalle más pequeño e “insignificante” hasta el que precisó mayor complejidad.

Mi vida está compuesta por pequeños detalles que me hacen feliz, los valoro y más si van acompañados de gente significativa en mi vida. Considero que son regalos de Dios, verdaderos instrumentos de Dios en mi vida que me llegan y dicen mucho más de lo que exteriorizo. Y sin duda alguna, en esta experiencia ha tenido un papel importante el agua.

Y qué ha tenido de especial para mí el agua en esos días, y bueno, en mi vida en general. Tal vez sea que como buena gallega, estoy muy acostumbrada a la choiva (lluvia), y valoro mucho el agua. Todo esto lo considero parte de esos pequeños detalles de Dios que componen mi vida, pequeños detalles como que me gusta caminar bajo la lluvia, empapándome hasta el último recuncho de mi cuerpo, limpiando mi corazón y mostrándome transparente como el agua.

Detalles como que en mi primera Pascua este año, en Pueblo de Dios, su lema sería: Sólo Tú, mi fuente. No creo que fuera una casualidad que eligiésemos una frase muy gallega para nuestras camisetas “Nunca choveu que non escampara”, lo que viene a decir que siempre se solucionan las cosas aunque parezca que no salimos de la oscuridad; al final despeja y sale el sol de nuevo, que Dios aprieta pero no ahoga o Todo pasa, sólo Dios queda.

Me parece curioso que el tema de la feria vocacional fuera ¿Tienes sed?, se hiciese la reflexión que se hizo y encima me tocara mojarme y una mirada estuviera fija en mí para que me quedara bien con el mensaje. Que con las tonterías, comprase un vaporizador y me sirviera para recordar el papel del agua en esos momentos, recordar ese “yo me mojo y tengo que mojarme por y para los demás, además de mojarlos a ellos”. Que en el momento menos inesperado viniera alguien y te tirara agua.

Y por supuesto, me pareció algo GRANDIOSO la vigilia. Al comenzar la proclamación del evangelio las cuatro religiosas calasancias que tenía a mi lado se agarraron fuertemente para sentir con mayor intensidad La Palabra; una imagen que no se me olvidará por el amor y unidad que vi en aquel gesto. Empezaron a caer unas gotas insignificantes, pero en el momento que el lector pronunció: “Permaneced en Mi Amor” la lluvia cayó intensamente mojándonos por completo y el viento sopló con dureza. ¡Qué momento! Sin duda para mí fue EL MOMENTO. Algunos abandonaron el recinto, esa tormenta pudo con ellos; pero la mayoría permanecimos inmóviles, firmes en la fe. Los que estuvieron conmigo lo pueden confirmar, yo estaba FELIZ, EMPAPADA, para mí no fue una decepción; al contrario, fue lo más inesperado, maravilloso y perfecto que podría haber pasado. Fue la manera más gráfica, física, oportuna y significativa que tuvo Dios para decirme: pase lo que pase “permanece en Mi Amor”, “no tengas miedo”, hay que empaparse, arriesgar, mojarse por aquello que nos hace feliz. Y claro, no pude evitarlo, lloré, pero lloré de felicidad.

Vivir esta experiencia de mano de las calasancias y compartir esos días con aquellos que considero parte de mi familia, ha sido el broche de oro para cerrar esta vivencia. Creo que hemos dado en aquellos días y de regreso a nuestras casas un testimonio de fe muy importante. 240 integrantes hemos sido los participantes del I Encuentro Internacional Calasancio, soñadores que creen en un mundo mejor y trabajarán porque la misión del P. Faustino continúe.

No tengo más que palabras de agradecimiento, gracias.

Noemí Santiago, A Coruña

6 comentarios:

Santi dijo...

ME HA ENCANTADO TU TESTIMONIO. GRACIAS POR COMPARTIRLO Y POR RECORDARNOS TANTAS EXPERIENCIAS PROFUNDAS DE FE.

LO HAS ACOMPAÑADO DE UNA FOTO GENIAL.

GRACIAS

Anónimo dijo...

Noemi,
deseo que nunca te deje de "chover" (¿se dice así?) encima y que tu buena tierra se siga empapando.

Noemí SP dijo...

Si, se dice chover. Gracias a ambos por vuestras palabras y espero yo también no perder esas ganas de empaparme.

Olga dijo...

Pues nada, disfruta de la "lluvia". Me alegro tener noticias tuyas por acá... mucho ánimo y a contagiar todo lo bueno que viviste y Dios te ha regalado.

Anónimo dijo...

Me alegro mucho de tu experiencia. No dejes nunca que se apague en ti el deseo de "empaparte de Su ternura" ;-) y de empapar a los demás de Su amor.
Gracias a ti por todo lo que nos aportaste esos días y lo que nos aportas cada día.

Pedro dijo...

Noe, como siempre genial... me ha encantado tu testimonio. Sigue así, empapándote y empapando... Que esa lluvia siga empapándote para que des muchos frutos!! Un beso fuerte!!