No fue fácil dejar una familia, esposa e hijo para emprender un viaje, una aventura en la fe. La invitación consistía en vivir y compartir la espiritualidad calasancia con jóvenes y personas de otras culturas, conocedoras de la vida en Cristo y movidos por el mismo espíritu heredado por el Padre Faustino.
Esta peregrinación no estaba enmarcada solamente en los viajes y lugares que visitamos durante nuestra estancia en España, sino también dice referencia a un peregrinar por el largo camino de nuestro crecimiento espiritual, que sin lugar a dudas ha sido muy enriquecedor.
Conocer y hacer presente la historia, los lugares donde nuestro fundador vivió, descubrió su vocación y se desarrolló como sacerdote fue una invitación también a reconocer mi propia historia, esa que muchas veces no se valora y que junto a Dios va adquiriendo el verdadero sentido y la plena felicidad. Recorrer los mismos caminos que el Padre Faustino fue reconocer la mano de Dios en su historia, en la nuestra, la mía y la del Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora.
El Encuentro Internacional Calasancio y la Jornada Mundial de Jóvenes fueron el complemento perfecto para poder entrar en comunión y en sintonía con nuestra vida espiritual. Acompañar a veinte peregrinas, alumnas de Chile, y ver en sus rostros la sorpresa y a su vez el temor de entrar en comunión con tantos jóvenes de diferentes países y culturas fue realmente un regalo de Dios que no se olvidará. Este es el espíritu de nuestra Iglesia, la universalidad de poder compartir, orar y celebrar la fe. La Eucaristía, las catequesis, el Vía Crucis, La inolvidable Vigilia con el Santo Padre, han sido todas experiencias que nos han hecho crecer en la fe.
Unos cantan, otros comparten su testimonio de vida cristiana, algunos sentados repasan las experiencias del día, otros simplemente descansan luego de la agotadora jornada; pero todos ellos tienen algo en común: “han sido tocados por Dios y por la espiritualidad que el Padre Faustino ha legado para su Iglesia”
Agradezco la compañía de mi colegio Divina Pastora de Ñuñoa Chile y todo su cuerpo docente y comunidad religiosa. Agradezco a la familia calasancia que organizó todos estos hermosos días y que no dejaron escapar ningún detalle en fin de un verdadero encuentro con Cristo. Agradezco a Dios por los días vividos y la marca indeleble que dejó en mi espíritu este primer Encuentro Internacional Calasancio.
¡BENDICIONES
A TODOS!
Alejandro Morales,
Chile
1 comentario:
gracias Alejandro por tu testimonio, pero sobre todo por tu testimonio delicado, atento y respetuoso en lo días compartidos en España.
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