27 de septiembre de 2011

JMJ: EL MOMENTO ESPERADO LLEGO

Como quien no quiere la cosa, los días han ido pasando y estamos ante un acontecimiento que sobrepasa nuestro entendimiento. La JMJ es lugar de encuentro de Dios con cada uno de nosotros. De muchas maneras se hace presente en cada persona, en cada joven, cada gesto, cada preparativo, cada cambio novedoso, cada catequesis, cada paso, cada silencio, cada imagen, en el cansancio, en la alegría, en la sed, en la lluvia …. Dios quiere EMPAPARNOS DE SU AMOR y creo que hemos podido tener experiencia de ello en estos días.

Han sido días muy intensos donde Dios toma la iniciativa y solo quiere que te dejes hacer por El, que notes su presencia en tu interior, que te dejes habitar por todo un Dios Trino, que contemples las maravillas que hace en los hermanos, el poder de su Amor.

No somos merecedores de nada pero Dios gratuitamente, viendo nuestra debilidad, nuestra vulnerabilidad, nuestra pequeñez nos ha hecho este REGALO: SU PRESENCIA. Muchos momentos para recordar, para descubrir, para rumiar los dones recibidos. Continuos regalos que pasan por mi mente y comparto con vosotros:

  • La presencia visible de la cabeza de la Iglesia que se acerca a nosotros con ternura y caridad.
  • La vitalidad y disponibilidad de todos los organizadores y voluntarios para encaminar este evento.
  • La alegría desbordante por sentir la Presencia de Dios y la riqueza de carismas que hay dentro de la Iglesia.
  • El sol de estos días como signo de calor del Amor Vivo.
  • El tener experiencia de necesidad, de sed.
  • Ser empapados por la lluvia del Espíritu.
  • Abrir nuestros ojos ante el Papa, nuestro Pastor, hombre humilde y sabio.
  • Compartir la vida y la fe con gentes de distintas culturas y países.
  • Experimentar, como los discípulos de Emaus, ser acompañada en el camino por Jesús. En mi caso, fue un cura de Burgos llamado Rafa que apareció en mi vida en el vía crucis de la JMJ.
  • La experiencia del agua ha sido muy significativa para mí. Desde la gente que sin conocernos viendo nuestra necesidad nos regaba con cubos y regaderas desde los balcones de sus casas; los bomberos con sus mangueras intentando apaliar nuestro calor, la necesidad de agua, la sed en si misma, el no saber cuando volveríamos a tener agua, el compartir la que nos quedaba, el ir en busca de botellas para otros, comprarla,….; la llegada del agua de una forma distinta a la esperada, con la lluvia. La lluvia en tres momentos de la noche, como cuando Tú preguntabas a Pedro: ¿Me amas?....

Gracias Padre Dios por EMPAPARME a pesar de mis temores, mis trabas, mis paraguas, Tú logras calarme, entrar en mí y ablandar mi corazón. Gracias por la lluvia de tu GRACIA, de tu Espíritu que nos da la alegría y la confianza que nace del corazón. Gracias por las personas que has puesto estos días en mi vida. Gracias por tu perdón y tu misericordia en el sacramento de la Reconciliación, Gracias por ver tantas gracias, por disfrutas de un Retiro invadido de tu Espíritu. Gracias por tus palabras de aliento en las catequesis, gracias por su Presencia viva en el camino, por ser mi alimento, por estar a mi lado sosteniéndome, amándome.


¡GRACIAS, DIOS MIO, GRACIAS!

Margarita Gutiérrez, Madrid

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias MARGA. Muy bonito tu testimonio.